El número de adultos jóvenes chinos adictos a Internet se ha elevado a más de 33 millones, según un nuevo estudio realizado por la Academia China de Ciencias Sociales. De los 236 millones de internautas chinos menores de 29 años de edad, casi el 14% son adictos a la Web, un aumento de aproximadamente el 1% desde 2005, según el informe anual (2009-2010) sobre el uso de Internet de los jóvenes en China.
De acuerdo a este informe, cualquier persona que pasa más de 90 minutos en línea al día – sin incluir el tiempo de trabajo – es considerada como adicta. “La tecnología moderna ha causado una adicción, en lugar de usarse apropiadamente para promover el uso sano y científico de Internet entre los jóvenes”, dijo Shen Jie, profesor de la academia y director del proyecto.
Una encuesta realizada por Internet de China Network Information Center a casi 10,000 usuarios jóvenes de entre 6 y 29 años, mostró que alrededor del 68% de los jóvenes adictos a Internet pasan su tiempo en los juegos online, sobre todo los juegos de rol, seguido por las redes sociales.
Hay más de 300 instituciones en todo el país que ofrecen tratamiento a la adicción de Internet. Sin embargo, debido a la falta de regulación, algunos recurren las medidas extrañas como la terapia de choque eléctrico. Hasta el momento, el Ministerio de Salud no reconoce la adicción a Internet como una enfermedad. Sin embargo, en marzo se inició un estudio sobre el tema para tomar medidas al respecto.
Por otro lado, en Corea del Sur, el Ministerio de Cultura anunció un proyecto conjunto con las principales compañías de juegos para poner en práctica un cierre programado de las webs de juegos populares. De esta manera, un programa que espera entrar en vigor a finales de este año bloquearía el acceso desde la medianoche hasta las 8 de la mañana a los menores de 18 años.
Aunque la adicción a Internet no puede ser reconocida como una enfermedad o trastorno psiquiátrico a menudo es un síntoma de problemas subyacentes más graves, como el trastorno por déficit de atención o la depresión, dijo Kim Tae-hoon, un psiquiatra de Corea del Sur.
