Hacía ya tiempo que no intentaba ‘algo’ en la vida, especialmente en este año. Me había propuesto muchas cosas en el inicio del corriente año, de las cuales, quizá un par he de haber cumplido, cuando mucho.
No es difícil sentarse a replantearse la vida que se escapa entre ceja y ceja, y no puedo evitar pensar en que quizá no soy yo el que está fallando, sino que todo lo contrario, es la humanidad la que me está fallando a mí. Claro, es más fácil echarles la culpa a los demás que aceptar los errores propios, pero también uno sabe reconocer cuando los demás se proponen cortarnos las alas en pleno vuelo.
Suena a tragedia o que me ahogo en mi propio vaso con agua, o en este caso, en mi propio vaso de soda. Elijo esta analogía porque así es mi vida, te aferras a esa burbujita que contiene oxígeno y esta se comienza a debilitar, luego esta explota y el proceso se repite una y otra vez: saltas de burbuja en burbuja hasta que no existe nada más que te mantenga a flote. Es entonces donde ya la vemos difícil al intentar mantenernos a vivos y con esperanza. Mi vaso, mi problema y cada quién por su cuenta. Al menos eso dirían los orgullosos.
Es extraño y hasta cómico, digno de una de una teleserie, de esas en donde todo conspira para evitar que algo nos salga bien. Al contrario, parece que mientras más lo intentamos, más vamos fallando los objetivos que nos proponemos. Es como cuando te empiezas a hundir en arenas movedizas; mientras más esfuerzo haces, más rápido te hundes. Claro, siempre podemos evitar esforzarnos, pero eso no resuelve el problema, total, siempre estamos metidos en él y no hay nadie que se disponga a tirarte una soga y decirte: ‘yo te ayudo, todo estará bien’
Hoy, no solo se me negó la oportunidad de laborar en una empresa de renombre, sino que también me terminaron de explotar mis burbujitas de esperanza; me empujaron hacia una inminente inmersión a lo más obscuro de mi ser. En otras palabras, es como quien dice: ‘no te damos trabajo, y no trabajas porque no te vamos a dar la oportunidad porque no es lo que queremos’ y así hasta que te empujan de salirte del margen de la ley.
Siempre me he considerado una persona que respeta el sistema legal, porque al fin y al cabo, nosotros tenemos un sistema legal, más no un sistema de justicia. Lo he pensado, no lo voy a negar, de empezar a trabajar en el bajo mundo, saliéndome de mis creencias y comenzar una carrera criminal. Mi meta no sería ser un capo, ni mucho menos un narco, así como tampoco ser un sicario. Quizá, cuando mucho, intentaría de hacerme de contactos y hacer las cosas ‘bajo de agua’ pero de nuevo, ese es un pensamiento romántico y probablemente terminaría al igual que las demás cosas, sin la oportunidad y quizá hasta sin libertad, porque hasta para eso sería un fracasado.
Mientras más lo pienso, más me voy haciendo a la idea que la sociedad es la que nos termina empujando a caer en lo más bajo de la sociedad y dedicarnos a actividades que se mantienen al margen del sistema legal. Dinero es dinero, pero eso implicaría a que viviría más tiempo cuidándome las espaldas que disfrutando mis ganancias. ¡Condenado a vivir hecho mi$$rda hasta en mis pensamientos! ¡Por el amor de dios! ¿Podría alguien sentarse y pensar que sus acciones podrían estar dañando, de manera directa o indirecta, el futuro de alguien más?
Piense, licenciado/a de recursos humanos: pudo haber tenido al mejor trabajador bajo su ala, pero optó por cortarle el vuelo y negarle la oportunidad de ser alguien en la vida. Luego no se queje de que ‘la violencia, la pobreza y el desempleo, es culpa de los que no quieren trabajar, de los que no quieren ser algo en la vida’ Las acciones del presente harán eco en tu futuro.
Ya lo decía el abuelo Simpson: 'No vueles alto; aspira al alto golpeado, al trabajo mediocre y a la chica menos atractiva'
No, no soy pesimista, es simplemente algo que sentía que debía sacar de mi pecho. No, no busco lástima ni tampoco consejos, solo quería ventilar algo que sentía y ya. Además, desde hace días que me dieron ganas de comentar algo en el foro y qué mejor manera de hacerlo que con un escrito /relato personal.