Bueno, esta es una historia que escribio un amigo mio, aunque es algo largita es muy interesante y conmovedora. Ademas dejenme decirle que los personajes que aparecen en ella, son personajes de la vida real y las situaciones (aunque algo exajeradas en el relato) tambien esta basada en una situacion real
"OSO" by Anonimo
La historia que les contare pone como personaje principal a "Oso", un Pastor Alemán, hijo de un perro y una perra de la misma raza.
Su dueño, alias "El Chino" (sin ofender a alguno que sea apodado de igual modo) era un entrenador de perros para peleas callejeras ilegales.
Desde muy cachorro, Oso, no conoció espacio mas libre que su jaula, de apenas 2m cuadrados. Alimentado con esteroides y con comidas que desarrollarían sus músculos y dientes con un único objetivo, pelear para divertir.
Como gladiador novato y con el objetivo que ganara "experiencia" en sus primeros años tuvo como oponentes perros viejos considerados "inútiles", y que ya no tenían esperanzas de seguir en su cruzada de peleas. Oso, el Pastor Alemán, temido por muchos de sus oponentes con quienes luchaba hasta arrancarse pedazos de carne, daba a su publico clandestino la diversión adrenalinita que, y a su dueño, El Chino, el placer del dinero que ganaba con cada apuesta.
El tiempo paso, y la edad de Oso le iban sumando cicatrices bien marcadas en su cuerpo junto al cansancio que cualquier perro que en su estado de salud tendría. Una vez por semana, pasadas las 12:00 pm en un terreno desolado, Oso, junto a otros perros de pelea, llagaban a entregar su sangre en la arena, hasta que una noche para Oso, quien no se había recuperado de todo el daño propiciado en su pelea anterior, sucumbió ante su oponente.
La mitad de la oreja fue arrancada, despelleja miento en varias zonas de su cuerpo, hemorragia causada por las mordeduras, pero eso no era nada comparada con lo que viene: Su ojo izquierdo, había sido dañado hasta el punto de ya no ver más.
Pero ni siquiera el estado mortificante de su cuerpo, logro parar el enojo de su dueño, quien lamentando el haber perdido mucho dinero, golpeaba cruelmente el lomo y la cabeza de el pobre animal por haber perdido el encuentro....
Paso una semana.
Un perro que no puede ver es "inútil", solo una carga.... El destino de un perro en ese estado es servir como saco de prácticas a un perro más joven y viril.
Fue esa noche, donde por pura diversión, El Chino invito a un amigo a que entrenara su perro Rogwailer a que se entrenara un poco y aprendiera a ser "macizo". Su oponente seria el moribundo Oso....
Varios amigos y colegas se reunieron en un estacionamiento, detrás de una zona residencial un tanto sola. Oso, con su adolorido cuerpo, entro en adrenalina al oír el bullicio de los espectadores.
Comenzó la pelea, y aunque en un principio la experiencia domino a la juventud, rápidamente la situación cambia a favor del que esta en óptimas condiciones, sumándole las patadas y empujones que le acercaban más a su verdugo.
Una mordida en la yugular basta para someter a su presa, -¡Dale!, ¡Matalo!- eran los gritos que se escuchaban.
Si un perro supiera hablar, lo que se hubiera escuchado en ese momento serian gritos de ayuda por parte de Oso, gritos desesperantes que buscaban auxilio en alguien; pero el milagro no llegaría... Al menos no en circunstancias normales, pero un giro en el destino y los destellantes faroles de un carro que se acercaba cegaron los ojos del Robwailer que no tubo mas remedio que soltar a la victima. Nadie de los presentes esperaba a otro invitado, y la luz del auto cayo como rayo de salvación para moribundo Oso y apuntaba a los carniceros quienes quedaron de pie sorprendidos cual sospechoso infraganti.
Del vehículo, bajo un joven de unos 25 años, modestamente vestido y con aire de formalidad:
-¿Que hacen?-, pregunto el joven.
-Nada, por aquí paseando a estos chuchos-, contesto uno con sonrisa burlesca.
En el suelo se dibujaba la silueta de un perro desangrado y aparentemente muerto.
-¿Que le paso a ese perro?-, pregunto de nuevo el joven, pero esta vez con un tono mas grave.
-¡Es que estos ya no quieren a este chucho porque ya esta muy viejo!-, Contesto uno de los sujetos
El joven acercándose a Oso y lanzando un suspiro de lamento dijo, -Pues, si no lo quieren dénmelo, no hay ningún problema ¿o si?-
De pronto, el dueño del Robwailer, tomo a su perro y se retiro del lugar sin decir nada, lanzando una mueca como cual espectáculo había sido cancelado. Los demás al ver esto, también comenzaron a marcharse. El chino, con aire de inconformidad lanzo la correa al suelo y le dijo al joven, -Llévatelo si queres bicho, de todos modos ya esta choco de un ojo-
-Me doy cuenta-, dijo el joven con tono sarcástico.
Insatisfecho por la diversión arruinada, El Chino se fue murmurado entre dientes. Oso, aun con vida, con temor miraba la silueta de alguien recogiéndolo....
.....................
Pasaron 4 años, y el Chino ya no se dedicaba a las peleas de perros. Gracias a la intervención de varios de sus vecinos, la policía, así como también varias ONG de protección a los animales, habían frustrado su negocio de apuestas dejándolo en banca rota a causa de varias multas que tubo que pagar. Desesperado por con seguir dinero acudió a un amigo que conoció durante el tiempo que estuvo en las apuestas. "Pepe", como así le llaman, le ofreció un trabajo que rendía grandes frutos, pero que en parte era algo riesgoso, se refería al negocio de las drogas.
Pepe explico al Chino, que si se escondía bien la droga no habría ningún problema.
-La mejor forma de pasarla en un vehículo, es asiéndole una modificación debajo de la caja de velocidades, allí, le soldas una cajita mas pequeña y le metes los paquetes, así la policía no se da cuenta y seguis bien al suave tu camino-, explico Pepe.
Confiando en su compinche, el Chino, realizo las modificaciones a su vehículo, antiguamente usado para transportar a sus perros a las arenas clandestinas. Dentro, en el pequeño escondrijo se encontraba la droga muy segura de cualquier detección.
Así fue como el Chino se dirigió a su destino, una ciudad cercana a la frontera del país vecino. Como en todas las situaciones, el vehículo debe pasar por la inspección de la aduana. Muy confiado en que no encontrarían su secreto, el Chino sorbía tranquila mente una bebida mientras observaba como varios agentes inspeccionaban el vehículo.
Cerca del final estaban cuando un agente se acerco con un perro Pastor Alemán. El Chino recordó que ya hacia varios años que fue dueño de un Pastor Alemán similar y se preguntaba habria sido de ese perro y del joven de aquella noche. En eso estaba cuando pego un brinco como alguien que ve un fantasma. El Pastor Alemán alado del agente, tenía las mismas cicatrices en su oreja, cuello y lomo, además, de no ver con su ojo izquierdo a causa de una lesión. No había duda, el perro que se encontraba a poca distancia del Chino era indudablemente su antiguo perro, Oso.
De repente y sin ningún aviso, Oso, comenzó a inquietarse, a olfatear y a escabullirse debajo del vehiculó, dando el aviso de que un narcótico había sido detectado por sus narices. Minutos más tarde, el secreto del Chino había sido descubierto y se encontraba en detención por portación ilegal de droga. Sentado y esposado de manos se encontraba el chino maldiciendo al perro que había resuelto el rompecabezas. Irónicamente, ese perro, Oso, se acerco meneando la cola con una gentil mirada a donde se encontraba su antiguo dueño como señal de que lo habia reconocido. Y por si pensaban que habría un emotivo reencuentro, levanto la patita y le soltó una miadita.
FIN
Por cierto, si se pregunta como es que Oso termino un como un perro agente de aduana, la respuesta es la siguiente: El joven que lo salvo esa noche resulto ser un entrenador de perros busca droga, la policía recluta de la calle, perreras y clubs clandestinos, a perros que por la irresponsabilidad de sus dueños llevaban una vida difícil y ese fue el destino de nuestro héroe.