La verdad amigos comunos, como muchos ya mencionaron, la percepción de todo arte es cuestión de gusto (a mi en lo personal no me agradan a mi vista dichos mosaicos, para mi no va acorde a un templo religioso, pero es mi humilde opinión). Aquí no se ha discutido la fe; sabemos que en cuestión de moralidad tanto el Santo Padre como los obispos son infalibles. La remoción del mural, sin embargo, no es un asunto de fe y tanto el Arzobispo Escobar como su Auxiliar Rosa Chávez (creo que es auxiliar, no estoy seguro) se disculparon por lo que fue una decisión inconsulta (errar es de humanos como todos sabemos); ellos mismos han reconocido q fue un error. Si nos gusta o no el arte de Llort, es irrelevante a la discusión. El hecho es que el artista y los artesanos pusieron esfuerzo y algunos, quizá, devoción religiosa a la obra. Eso había q respetarlo y por lo menos notificar a Llort que su obra sería removida. La decisión eclesial, en este caso, no es más que una reproducción de nuestra práctica cotidiana salvadoreña lamentablemente de irrespetar lo que no es nuestro, lo que no nos gusta, lo que no nos pertenece y con lo que no estamos de acuerdo. Algunas opiniones vertidas en nuestra
Gran Comuna, en algunos medios de información y comunicación (incluso los amarillistas jejejeje!!) que he leido caen bajo esa categoría -de irrespeto- al tratar de minimizar y trivializar el sentimiento de lamento del artista y la posible devoción con la que trabajó esta obra (aunque se la hayan pagado o remunerado, algo que yo no sé si fue así, pero creo eso fue lo más probable).
Saludos comunos!!!