Un tipo se sube a un autobus y empieza a coquetear impertinentemente con una monja; al cabo de un rato, empieza a tocarla, asi que ella se baja del autobus en la siguiente parada, y el conductor del autobus le dice:
- Pero bueno, ¿es que usted no tiene el mas minimo respeto de nada?
- No, si lo que ocurre es que la fantasia de mi vida es hacerlo con una monja.
- Bueno, en ese caso le contare un secreto. Esa misma monja se va todas las tardes a un descampado cerca del convento, y se pone a rezar debajo de un olivo que hay alli para que Jesucristo se la aparezca y le haga el amor.
- Anda, genial ! Pues ya me encargare de que esta tarde se le aparezca, ja, ja.
Esa tarde, este tipo se va disfrazado con una toga y una mascara al descampado cerca del convento y se sube al olivo, y ve que se acerca la monja y que se pone a rezar fervorosamente debajo. Entonces salta detras de ella y le dice:
- Tus plegarias han sido escuchadas, y he descendido del cielo para poseerte.
- Oh, Señor, muchisimas gracias, pero es que has venido durante esos dias mios del mes. ¿Te importaria usar la via menos tipica?
- Pues bueno.
Y rapidamente proceden a jugar a los perritos. Al acabar, el tipo se quita la mascara y le dice a la monja:
- Sorpresa! Soy el del autobus!
Entonces la monja se retira el habito y dice:
- Sorpresa! Soy el conductor!
