Una joven sumamente bella, le dice al Párroco del pueblo: Padrecito, déjeme tomársela con mis manos.
Hija tus manos son instrumentos de Dios para que des cariño a tu esposo e hijos-contesta el cura.
Padrecito, déjeme chupársela!
A lo que el cura contesta: Hija ¿cómo me dices eso?, tu boca es un lugar sagrado porque con ellas das besos a tus hijos y rezas en las noches.
Entonces restrieguemela en las tetas, dice ella.
Hija ese lugar es el deposito del sagrado alimento para tus hijos, dice el cura
¡Métala en mi concha! grita ella.
Hija ese es la ventana de vida que te dio Dios, replica el cura
¡p$$ta padre, métala donde quiera pero sáquemela del culo que me cago!