Posición del 69 Una chava lleva a su casa a un chavo; se meten a su recámara e inmediatamente ella le sugiere que hagan el 69.
"¿Qué diablos es eso?", le pregunta el chavo.
La chava, al darse cuenta de que él no tiene experiencia le explica:
"Yo pongo mi cabeza entre tus piernas y tú pones la tuya entre las mías".
Y sin saber aún de qué estaba hablando ella, pero por no querer arruinar el momento, el chavo dice que sí. En el preciso instante en que los dos realizaban la posición, la chava se aventó un demoledor y apestoso pedo.
El chavo, tosiendo y arrastrándose como puede, se tira a un lado de la cama. La chava, apenada, le dice que la disculpe, que no volverá a pasar y nuevamente retoman la posición de ataque y cuando apenas iban a comenzar, otro pedo nauseabundo se le escapa a la chava.
El chavo se levanta sin decir nada, aún haciendo bizcos
, y comienza a vestirse.
"¿Qué te pasa, por qué te vas?"
"¡Si tú piensas que me voy a fletar los otros 67 estás bien loca!"
El chinito y los perrosHabía una vez un chinito que todos los días tenía que enfrentar un grave problema: cuando iba a su trabajo, debía pasar frente a una casona con un gran jardín y muchos perros, los cuales al ver pasar al chinito salían a la calle y comenzaban a perseguirlo enfurecidos.
El chinito había intentado en repetidas ocasiones plantearle la queja al amo de los perros, un comerciante muy conocido de la zona, de nombre Jorge Curro, no siendo atendido jamás. Por último y desesperado por la situación, tomó una espada de gran tamaño, de ésas que usaban los guerreros chinos, y salió decidido a darle su merecido a los perros de Curro.
Cuando los perros salieron a molestarlo, el chinito desenvainó su espada con un grito de guerra; pero Curro, el amo de los animales, que estaba en la casa, llamó a sus canes con un silbido: chuit... chuit... Y los perros se metieron a la casa.
Al no ver otra alternativa, el chinito se dirigió a la comisaría a plantear su queja:
"Señol comisalio, vengo a hacel una denuncia."
"Sí, adelante dígame..."
"Vengo polque los pelos del culo me molestan..."
"¿Y por qué no se los corta?"
"Polque cuano, chinito quelel coltal pelos, el culo hache: chuit, chuit... y los pelos che van pa adentlo."
El chichón de pepito en la cabeza Un día, frotándose la cabeza, Pepito siente una protuberancia y va y le pregunta a su mamá:
"Mamá, ¿por qué tengo este chichón en la cabeza?"
"Pues lo tienes desde que naciste, hijo. Lo que pasa es que cuando ibas a nacer, a tu papá le dieron ganas de hacer el amor y, como tú venías de cabeza, te hizo ese chipote con su cosa".
Pepito se queda pensando y responde: "¡Qué suerte que venía de cabeza!, porque si hubiera venido de nalgas... ¡el cabrón nos coge a los dos!"