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El salvador se está endeudando a un ritmo acelerado sin que aumente la capacidad de pago del país, lo que es visto con preocupación por analistas, a la luz de la debacle fiscal griegaFuente"El Salvador está lejos de llegar a la debacle fiscal en que se encuentra Grecia, pero sigue una trayectoria de endeudamiento que de no corregirse puede llevar a nuestro país a un caos similar.
Así opinan dos analistas económicos consultados por El Diario de Hoy.
La deuda pública de El Salvador creció del 38.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2007, al 48.3 por ciento en 2009. En ese mismo periodo, el déficit fiscal se disparó de 1.9 por ciento a 5.5 por ciento del PIB.
Al otro lado del océano, Grecia tiene una deuda pública que supera el 100 por ciento de su PIB y un déficit de 12.7 por ciento.
El de El Salvador "todavía, en este momento, no es un endeudamiento fuera de orden, pero como el gobierno no está poniéndole control al gasto público, sí se puede salir muy rápidamente del orden", advierte el ex ministro de Hacienda Manuel Enrique Hinds.
A la luz de la debacle fiscal griega, que amenaza con impactar a varios países de la Unión Europea que comparten el Euro como moneda, Hinds asegura que El Salvador haría bien en aplicar el viejo adagio de que "Cuando veas a tu vecino la barba cortar, pon la tuya a remojar".
Grecia es también un ejemplo de que la macroeconomía afecta directamente la vida de las personas. El paquete de ajuste anunciado recientemente por el gobierno del país europeo incluye un recorte de los salarios de los empleados públicos que en algunos casos llega hasta el 20%.
El gobierno griego anunció, además, un aumento de la edad de jubilación para todos los trabajadores y la ampliación del periodo de cálculo de las pensiones, en un esfuerzo por balancear sus precarias finanzas.
En respuesta al anuncio, miles de trabajadores griegos salieron a las calles a protestar, y una huelga general del transporte paralizó carreteras, puertos y aeropuertos.
Pero las medidas anunciadas son solamente el inicio del doloroso plan de ajuste griego, ya que este año el gobierno debe reducir su déficit en 4 puntos porcentuales, y luego en 2011, volver a recortar otros 4 puntos.
"Si no hay equilibrio macroeconómico, usted puede llegar a un caos", destaca Hinds, "y quien más sufre con eso es la gente, y más los pobres".
Sin obviar la distancia macroeconómicas que separa a Grecia de El Salvador, Roberto Rubio señala que "en el caso salvadoreño se observa una tendencia a un mayor endeudamiento, pero todavía no se ve que se fortalezca la capacidad de pago, sea porque todavía la tributación no es muy fuerte, sea porque no hay señales muy sólidas de crecimiento económico".
Rubio, quien se desempeña como director ejecutivo de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), destaca que "Hay que corregir la tendencia, si no queremos tener problemas de solvencia a futuro".
Uno de los préstamos más recientes que el Gobierno salvadoreño ha anunciado es el de 500 millones de dólares para programas sociales y para renovar una parte de la flota de buses del transporte público con dinero proveniente de Brasil.
El gobierno aún no ha informado en detalle cuánto se planea destinar a la compra de los buses, pero ha dicho que los empresarios del transporte adquirirán las deudas teniendo al Estado de El Salvador como garante, es decir, como codeudor.
La figura de garante es equivalente a la conocida popularmente como "fiador", es decir, alguien que asume la responsabilidad de pagar, si el deudor principal no lo hace.
Rubio destaca que el sector transporte en el país es ineficiente, lo que podría llevarlo a tener dificultades de pago si no se hacen cambios en el mismo.
"La sobreoferta que hay, si no se corrige, ese sector va a seguir teniendo poca capacidad de pago", observa Rubio. "Entonces, si esto (el préstamo de Brasil) no va acompañado de una reforma al sistema de transporte, la operación puede resultar, a la larga, arriesgada".
El riesgo que todos los salvadoreños asumen al servir el Estado de garante de los buseros es tener que pagar lo que ellos no paguen.
Una muestra de que los empresarios de ese sector son poco responsables con sus deudas lo constituyen las multas de tránsito. En 2009, por ejemplo, a los motoristas de buses y microbuses se les impusieron cerca de 40,000 esquelas de tránsito, pero a principios de este año, ocho de cada diez de esas multas no habían sido pagadas, lo que dejaba al sector con una deuda al Estado por poco menos de un millón de dólares.
La deuda está en mora a pesar de que el Gobierno sigue regalando $500 por cada bus y $250 por cada microbús.
"El gobierno tiene que manejar el endeudamiento con mucho cuidado", dice el ex ministro Hinds, quien también teme que una parte del préstamo brasileño para los buseros pueda terminar siendo pagada por el Gobierno con los impuestos de todos los contribuyentes salvadoreños.
Hinds también advierte que una causa por la que Grecia ha llegado a un nivel de endeudamiento tan alto es que "ellos (los griegos) han tendido a vivir por encima de sus medios", es decir, que los gobiernos griegos han gastado más de lo que su realidad económica les permite.
"Usted tiene que reducir sus gastos a la medida de lo que son sus ingresos", razona el economista, "y esa es la tarea del gobierno (salvadoreño). Ellos tienen que encontrar cuáles son los gastos que tienen más prioridad, y los que no tienen prioridad, (deben) reducirlos".
Rubio, por su parte, señala que no es casualidad que los países de la Unión Europea que encaran los mayores problemas fiscales sean Grecia, Italia, España y Portugal, que algunos han comenzado a llamar en inglés los PIGS (cerdos) un acrónimo compuesto por los nombres de esas cuatro naciones.
"Los países mediterráneos, en su mayoría latinos, son más propensos al consumo (...) son menos austeros por cultura", observa el director de la Funde, quien vivió por años en Europa.
"Los latinoamericanos también estamos en ese marco", añade el economista. "Nuestra propensión marginal al consumo es alta y nuestra propensión marginal de inversión es baja".
En Grecia, por ejemplo, una de las instituciones que están por desaparecer es el segundo aguinaldo, además de que los trabajadores ya no podrán jubilarse a los 63 años, una edad joven comparada con la mínima requerida en otros países europeos para poder retirarse a descansar en la vida. "