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Google parece haber puesto sus ojos en un nuevo mercado. Tras el éxito alcanzado por Amazon como tienda digital, el buscador podría extender su negocio a este ámbito en los próximos meses y competir tanto en precios como en calidad de servicio con una de las compañías más importantes de la Red.Si hace sólo unos meses decidió lanzarse al sector de las redes sociales en Internet con Google+, todo apunta a que en esta ocasión Google estudia abrir una tienda online. Según leemos en El País, la compañía de Mountain View estaría trabajando en un servicio para vender dispositivos electrónicos así como probablemente contenidos digitales a través de Internet al más puro estilo Amazon, el gigante estadounidense que ha triunfado en este mercado.Sin embargo, varias serían las características que diferenciarían a esta plataforma de Google de las que goza Amazon. A diferencia de ésta, no abriría sus propios almacenes ni se podría considerar una tienda propia, sino que se dedicaría a la distribución minorista de productos que comercian terceras empresas. El beneficio económico de Google estaría en una comisión por producto vendido a través de su buscador o de Google+, servicio en el que se apoyaría.Entrega de los productos en un díaEl buscador intentaría ofrecer unas condiciones de servicio similares a las que han sido clave en el éxito de Amazon, como las cuentas Premium. Por una suscripción anual de 79 euros, la compañía garantiza la entrega de todos los productos en un plazo máximo de 48 horas, algo que los usuarios valoran mucho. Google trataría de reducir incluso ese corto plazo y en un primer momento operaría en unas cuantas ciudades de Estados Unidos.No obstante, la noticia de sus próximos planes coincide con la preocupación de las autoridades europeas, que temen que Google se esté aprovechando de su posición privilegiada para realizar prácticas de monopolio. Por ello, la Comisión Europea ha investigado la actividad del buscador, intentando conocer si impone condiciones a los clientes publicitarios que choquen contra la actual legislación europea. Asimismo, la compra de la sección móvil de Motorola ha despertado los recelos de Bruselas.