Dos bandidos llegan a una finca y entran en una pocilga, arrastrando a un tipo. Adentro está un negro de 1,90m y 120 kg, limpiándose las uñas con un cuchillo enorme.
Uno de los bandidos dice:
- Señor Negro, el jefe pidió que le des por el culo a éste, para que aprenda a no hacerse el macho con nuestra banda.
- Déjenlo ahí en un rincón, que más tarde me encargo de él – dice el negro.
Cuando los malandras se van, el tipo dice:
- Por favor, Señor Negro, no me haga eso, después de culeado mi vida se termina, tenga piedad!!
- ¡Cállate la boca y quédate quietito ahí!
Al rato vuelven los bandidos con otro pobre hombre.
- Señor Negro, el jefe pidió que a este le cortes las dos manos y le perfores los ojos, para que aprenda a no tocar el dinero de la venta de drogas.
- Déjalo ahí que dentro de un rato me encargo.
Una hora después traen otro pobrecito.
- Señor Negro, a éste le cortas el pito y la lengua para que nunca más se meta con las mujeres del patrón.
- Está bien, déjalo ahí en el rincón con los otros.
Finalmente, traen a otro.
- Señor Negro, a este lo cortas en pedacitos y le mandas cada pedacito para la familia.
En ese momento, el primer tipo le dice al Negro, en voz bien baja:
- Señor Negro, por favor no se vaya a confundir, recuerde que ¡¡Yo soy el del culo!!
Moraleja:
A medida que conoces los problemas de los demás, te das cuenta que el tuyo no es tan grave!!!
