El número siete... mágico, ancestral, poderoso... todos sabemos que puede escribirse de dos formas: "7", o bien con una rayita atravesando el palo vertical.
Por qué la rayita? Muy sencillo:
Todo comenzó cuando Moisés bajó del Monte Sinaí con las tablas de los Diez Mandamientos. Solemnemente, comenzó a leérselos a su pueblo:
- Primero: Amarás a Dios sobre todas las cosas.
- Segundo: No tomarás el nombre de Dios en vano.
Y así, hasta que llegó al séptimo mandamiento:
Ante esta declaración, la voz del pueblo judío se dejó oír:
- ¡¿Qué?! ¡Tacha el Siete!
- ¡No jodas, tacha el Siete!
- ¡Táchalo! ¡TíCHALOOOOOO!
Y así lo hizo: