TERNURA DE HOMBRE
—Dígame...
—¡Hola, mi reina! ¿Cómo estás, mi amor?
—Muy bien.
—Y los niños, ¿están bien?
—Sí, cielo; están estupendamente.
—¿Ya almorzaron?
—Sí; ahora mismo han terminado.
—¡Qué ganas tengo de verte!... ¿Qué has hecho para
cenar?
—Lomo a la pimienta.
—¡Fantástico! Te adoro. Siempre complaciéndome. Y
dime... ¿todo tranquilo en casa?
—Sí; todo bien. Cuando vengas, a cenar, y luego...
el postre que tanto te gusta.
—No me digas esas cosas, nena, que me dan ganas de
volar hacia allí ahora mismo. Ponte sexy...
—Como quieras, cielo. Sabes que soy tu esclava.
—Lo sé, cosita, lo sé. Bueno, pásame con mi
Mujer por favor.
OTRO:
Anoche, mi mujer y yo estábamos sentados en la sala hablando de muchas
cosas de la vida. Entre otras, hablábamos de la idea de vivir o morir.
Le dije: -Nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de máquinas
y líquidos de una botella. Si me ves en ese estado, desenchufa los artefactos
que me mantienen vivo, prefiero morir.
Entonces, mi mujer se levantó con una cara de admiración...
Y me desenchufó el televisor, el DVD, la computadora, el ipod, el Xbox
me quito el celular ¡y me botó todo el guaro y cervezas!
LA p$$ta! ¡¡¡CASI ME MUERO!!!