Llega una señora a confesarse y le dice al cura:
- Padre, tengo un problema.
- Dime hija, ¿cuál es tu problema?
- Fíjese padre que tengo dos periquitas muy bonitas, pero lo único que saben decir es: "¡Hola! Somos prostitutas, ¿quieres divertirte un ratito?"
Le contesta el padre:
- Eso está muy mal, hija, pero le propongo algo: yo tengo un par de periquitos a los que he enseñado a leer la Bíblia y a rezar, tráigame sus periquitas, las ponemos en la misma jaula con mis periquitos y ellos les enseñaran a rezar y leer la Bíblia.
La señora, encantada con la idea, le lleva las periquitas al día siguiente. Al llegar, ve que los periquitos del padre están en su jaulita concentrados, rezando el rosario. Meten a las periquitas en la jaula que, fieles a su costumbre dicen:
- ¡Hola! Somos prostitutas, ¿quieres divertirte un ratito?
Y uno de los periquitos del cura contesta:
- Hermano, ¡guarda los rosarios que nuestras oraciones han sido escuchadas!
Potencia sexual
Estaban en una disco un hombre y una mujer conversando;
El hombre en evidente afán de conquistar a la mujer. Luego que la charla se hiciera más intima y comenzaran a besarse el hombre le dice:
- "¿Sabías que puedo hacer el amor 20 veces en una misma noche?"
La muchacha abre los ojos bien grandes y se le escapa una sonrisa, entonces le contesta:
- "Si es cierto, ¿qué estamos haciendo aquí? Vamos ahora a tu departamento."
Llegados al departamento comienzan a desvestirse pero el hombre le dice que más allá de la intimidad le gusta mantener la luz apagada.
La chica accede y comienza una larga noche, pasaron una, dos, tres horas y de curiosidad prende de golpe la luz encontrándose con otro hombre. Entonces le pregunta:
- "Y el dueño del departamento ¿donde está?"
- "¡Afuera, cobrando entrada!"