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Súpertierra: ¿Hay vida en el exoplaneta gj 1214b?Mientras los científicos comprueban su habitabilidad, un nuevo estudio publicado en «Nature» obtiene datos claves sobre su atmósfera. Entre las teorías que barajan sobre su naturaleza destacan dos posibilidades: un mundo más bien parecido al «Waterworld» de Kevin Costner o a las Montañas Rocosas de EE UU
Las miras de la astronomía parecen no tener límites. El hombre, desde su faceta de descubridor, no cesa en la búsqueda de nuevas tierras más allá del Universo conocido. El último paso ha sido determinar cómo es la atmósfera de un exoplaneta descubierto hace un año. Con masas entre dos y diez veces la de la Tierra, los orbes son conocidos como «súpertierras» cuya dimensión se haya entre los planetas terrestres y los gigantes de hielo o gas del Sistema Solar y que orbitan alrededor de una estrella fuera de nuestro sistema.
En las páginas de la revista «Nature» se recoge el trabajo de un grupo de investigadores del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian en Cambridge (Estados Unidos), quienes han tomado las primeras medidas directas de la atmósfera de una «Supertierra» extrasolar, bautizado como GJ 1214b. Éste se encuentra situado a 40 años luz de la Tierra y está cubierto por una fina capa de vapor de agua o hidrógeno. «Esta es la primera “súper tierra” de la que se conoce que tiene una atmósfera», manifiesta Jacob Bean, el máximo responsable del proyecto.
Debido a estos resultados, los investigadores han puesto sobre la mesa dos teorías. Una de ellas lleva a pensar en un orbe más parecido al «Waterworld» de Kevin Costner, si la atmósfera del planeta se encuentra dominada por una densa atmósfera de vapor de agua. Por otro lado, teorizan también con la posibilidad de encontrarse un paraje rocoso o helado con nubes o nieblas a elevadas altitudes, similar a un mini Neptuno. Sin embargo, Bean se muestra cauteloso y explica que «incluso con las nuevas mediciones, aún no podemos determinar con exactitud cómo es la atmósfera estudiada».
Características
El planeta orbita cerca de su estrella oscura, una enana roja, cada 38 horas a una distancia de 0,014 unidades astronómicas (la distancia entre la Tierra y el Sol, aproximadamente 93 millones de kilómetros) y se halla en la constelación Ophiuchus. Por ello, consideran que está muy cerca de su estrella como para haber cualquier forma de vida. Además, se especula que sus temperaturas son de unos 400 grados Farenheit, unos 205 grados. Por otro lado, en el caso de esta «súpertierra», no se han detectado huellas químicas, sin embargo, eso no significa que no haya sustancias químicas presentes.
Para poder obtener estos resultados, los investigadores han empleado los grandes telescopios LVT, del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile. Ya que sin la ayuda de la última tecnología en este campo, estos hitos serían impensables. Los actuales métodos de detección de exoplanetas permiten encontrar con mayor facilidad sólo planetas grandes y pesados. Esta técnica se ha utilizado para estudiar la atmósferas de planetas lejanos calientes como Júpiter, donde se encuentran gases como el hidrógeno, el metano y de vapor de sodio.
Jacob Bean y su equipo revelaron esta semana las medidas tomadas desde la Tierra del espectro de transmisión de GJ 1214b en las longitudes de onda cercanas al infrarrojo en el tránsito de su estrella. La ausencia de características de absorción en el espectro descarta una atmósfera libre de nubes compuesta principalmente de hidrógeno. La distinción entre una atmósfera dominada por el hidrógeno y nubosa y una rica en vapor de agua sería posible con observaciones planificadas a longitudes de onda más largas, para lo que precisarían de telescopios situados en el espacio.
Estas medidas indican una densidad de masa que es demasiado baja para ser explicada sólo por rocas y agua helada, lo que implica la presencia de una atmósfera significativa. La medición de la composición atmosférica estrecharía la composición de la masa del planeta y arrojaría luz sobre su posible parentesco con otros planetas terrestres o pequeños gigantes de gas.
Antecedentes
Hace un año, los astrónomos anunciaban el descubrimiento de la «Supertierra» bautizada como GJ 1214b. Entonces se pusieron manos a la obra en la búsqueda de obtener nuevos datos sobre sus características, entre las que se hallaba la masa y el radio del planeta. Zachory Berta, estudiante del Centro de Astrofísica Smithsonian de Harvard, fue el primero en observarlo, y aseveró entonces que pese a su elevada temperatura parecía ser un mundo de agua y el más parecido a la Tierra de los exoplanetas conocidos. Por su parte, David Charbonneau, autor principal del trabajo, resaltó ya la densidad de la atmósfera, lo que puede deberse a la presencia de agua en estado gaseoso por las altas temperaturas. Esto implica que, al ser tan gruesa, habrá una gran presión y falta de luz en la superficie, lo que hace imposible la vida como la conocemos.
El último exoplaneta detectado es HD 218566 b, que se encuentra a 97 años luz de la Tierra. La mayoría de los planetas extrasolares hallados son de la categoría de Júpiteres calientes, gigantes gaseosos que se ubican muy cerca de las respectivas estrellas.
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