DEMUESTRAN EXISTENCIA DE SIRENAS ANCESTRALES
Animal Planet presenta nueva especie que tenía aleta de pez, cabeza humana y manos. Historia se inicia cuando captan un sonido misterioso en el Océano Pacífico.
¿Algunos humanos evolucionaron hace 8 millones de años al mítico ser conocido como Sirena? Mermaids: A Body Found (Sirenas), documental dramatizado de Animal Planet basado en las investigaciones de del biólogo marino Brian McCormick, dejó al descubierto las pruebas que demuestran la existencia de Sirenas Ancestrales, aún con vida en el océano.
Según el video documental, “estas grandes aliadas de ballenas y delfines con quienes viajan muy a menudo” se ven afectadas por los experimentos de los potentes sonares de la U.S. Navy (Marina USA), entidad protagonista en los “varamientos de las ballenas” en las playas. Con ellas, las sirenas fueron descubiertas igualmente “encalladas” al lado de los cetáceos.
“Todos sabemos que las sirenas son personajes de la mitología griega, pero como otros seres fantásticos, siempre existía la duda de su existencia real”, indica el reporte. Hasta que, luego de un varamiento de delfines y ballenas “en las costa norte de Estados Unidos”, los científicos obtuvieron su punto de partida.
BLOOP
Sin embargo, el origen de la historia inicia en 1997, cuando un biólogo marino en la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, N.O.A.A, descubrió a través de micrófonos submarinos, un sonido no identificado que al parecer “provenía de criaturas desconocidas”.
Durante la Guerra Fría, Estados Unidos había colocado numerosos micrófonos anclados en el fondo del mar con el fin de detectar los submarinos nucleares soviéticos. En el verano de ese año, al revisar y arreglar dichos micrófonos, se detectó en el Océano Pacífico un sonido fortísimo desde micrófonos alejados entre sí más de 5000 km. Dicho sonido lo bautizaron como Bloop.
NUEVA ESPECIE HUMANA
Con este antecedente, en la primavera del año 2004, un grupo de ballenas muertas fue localizado en una playa del estado de Washington. El Dr. McCormick quiso descubrir el por qué de este acontecimiento y sospechaba que un sonar de la armada de aquel país había causado la muerte masiva de los cetáceos. Sin embargo, mientras investigaba esta hipótesis, McCormick se tropezó inesperadamente con un nuevo misterio. Los micrófonos submarinos utilizados para la investigación no sólo registraron los ejercicios de la armada, sino también algo más: un sonido no identificado realizado por una o más criaturas desconocidas.
La investigación avanzaba muy lentamente, entonces el biólogo junto con los miembros de su equipo, se vieron obligados a estudiar el cuerpo de otra ballena inusual varada, pero esta vez en Sudáfrica. En su interior localizaron restos parcialmente digeridos de un animal que ninguno de ellos podía identificar. A medida que estos restos iban siendo analizados, proporcionaban más y más piezas al rompecabezas planteado. Así, McCormick llegó a una sorprendente conclusión: la nueva criatura marina estaba relacionada con los seres humanos.
Esta nueva especie tenía aleta de pez, cabeza humana, manos y dientes, el cual antes de su evolución hace millones de años, “caminó como un humano por la Tierra”.
TEORÍA EVOLUTIVA
Asistido por alta tecnología en animación y la consulta de verdaderos profesionales, el material dibuja la supervivencia de esta especie de sirenas ancestrales en las profundidades. El misterio tendría su origen hace unos ocho millones de años, cuando “nuestros antepasados simios habían bajado de los árboles”. A través de recreaciones e impresionantes imágenes generadas por computadora, el programa muestra a un grupo de estos animales viviendo en la costa, recolectando moluscos y crustáceos de las rocas. Más tarde estos simios se adentraron en el agua, buceando en busca de comida, nadando con dos piernas, tal como lo hacemos nosotros hoy en día. Millones de años después, sus piernas podrían haberse fusionado en una especie de cola y sus pies se habrían convertido en una aleta. Ya no estaríamos hablando de simios sino de un “prototipo de sirenas”.
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Finalmente, el documental enlaza esta sorprendente historia natural narrada con imágenes generadas por computadora, con lo ocurrido en la playa de Washington hace siete años.