La última gran pensada: desbloquear los teléfonosEl resultado de la ley será que un salvadoreño no va a poder comprar a plazos un teléfono de tecnología punta sino que estará forzado a adquirirlo al contado, al precio desbloqueado
Lunes, 29 de Octubre de 2012
No hay almuerzos gratis, dicen los estadounidenses. De una u otra manera alguien paga los costos, lo que generalmente terminan siendo los consumidores de productos y servicios.
Una de las últimas propuestas de almuerzos a menor costo es la de obligar a las compañías telefónicas a vender sus aparatos desbloqueados, para que los compradores puedan instalar en ellos los "chips" de su preferencia. Los proponentes de lo aprobado por la Asamblea asumen que es igual para una compañía telefónica vender a igual precio aparatos bloqueados como desbloqueados, para que los compradores puedan instalar uno de sus "chips" y con ello suscriban el servicio, o coloquen el "chip" de una compañía rival.
Pero el bloqueo no se hace por gusto, sino que es para repartir el precio del aparato en cuotas a lo largo del período del contrato. En Estados Unidos un aparato con contrato puede costar cero dólares, pero desbloqueado su precio esde varios cientos de dólares. Y a menos que la Asamblea obligue a los fabricantes de teléfonos móviles a rebajar su precio sustancialmente, "alguien tiene que pagar" y ese alguien son o los consumidores con las cuotas mensuales por el servicio, o todos los usuarios de la telefonía a través de un mayor precio por las llamadas.
Lo anterior nos lleva a la médula del asunto: la Asamblea puede fijar precios o intentar controlarlos, pero el mercado siempre busca equilibrios. Uno de esos equilibrios es la escasez de bienes; otro fomentar los mercados negros; un tercero es terminar con una industria o servicio, lo que lleva a un creciente desplome de la economía de una región o un país.
El resultado de la ley será que un salvadoreño no va a poder comprar a plazos un teléfono de tecnología punta sino que estará forzado a adquirirlo al contado, al precio desbloqueado, que para el iPhone es de seiscientos y tantos dólares y para el Galaxy ochocientos. Nada de pagarlos "por sustos".
Obviamente los ladrones de celulares se benefician, pues lo que roban puede emplearse con cualquier "chip" sin que haya seguro que valga.
La ley, suponemos, es un producto más del tanque de pensamiento que cocina las grandes pensadas (conocida antes como Fábrica Centro-Americana de Ocurrencias), que sin esfuerzo se deslizan de las ollas primero a una comisión legislativa y de allí al pleno para ser aprobada por todas las fracciones, ya que nadie quiere quedar como contrario a los intereses de "el pueblo".
La antesala de los controles de preciosEl asunto de los celulares es la antesala a controles de precios, como se ha visto con la propuesta de poner límites a los intereses que pagan las tarjetas de crédito, aunque con ello se afecte a centenares de miles de personas naturales, de pequeños negocios, de talleres y toda clase de actividades, que no tendrán más remedio que recurrir a los agiotistas.
Harían bien los "padres de la patria" en reexaminar las experiencias que dejó el primer gobierno de izquierda que tuvo el país, el de aquellos pescados, con los controles de precios: faltaba de todo al precio oficial y se compraba todo al contrabandista. De los anaqueles de las tiendas desapareció entre otros la leche en polvo y el aceite para cocinar, agravando la de por si calamitosa calidad de la vida de los salvadoreños.
fuente:
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=50838&idArt=7384475